Se cuenta que a principios
del siglo pasado, en una majestuosa casona de
Juchitepec vivía una hermosa mujer que disfrutar mucho bailar, pero en
esos tiempos la vida en provincia era muy sencilla y las fiestas sociales eran
pocas, sólo predominaban las fiestas religiosas, con la clásica música de
banda.
Cada vez que pasaba una de
estas bandas por la majestuosa casona, ella salía a verla pasar, ya sea desde el balcón con vista al ocaso del sol; o bien al que daba hacia la calle orientada al norte, esto según por donde se
escuchara la música. Festividad tras festividad, año tras año, la hermosa mujer
disfrutaba la música de banda.
Fue en un carnaval de la
década de los 40, cuando Don Nacho a quien le apodaban “Medio Pueblo”, ustedes
se imaginaran por qué, fue quien trajo la primera comparsa de chinelos a este
pintoresco pueblo. Ese día nació la tradición del chinelo en Juchi, como se le
dice de cariño.
Era la medianoche del 2 de
noviembre, cuando la bella dama escuchó la música de chinelos, se asomó al
balcón y vio una comparsa y a sus amigas que le decían que fuera con ellas, y
así lo hizo, pero nunca se volvió a escuchar de ellas, dicen que se las
llevaron las almas de los fieles difuntos.
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